Reloaded era, en un principio, el sueño de todos los fans de Matrix, una oportunidad para conocer mejor el mundo dominado por las máquinas y la fantasía colectiva de la humanidad futura. Se hizo esperar varios años, fue anunciada como próximo estreno reiteradas veces, pero nunca llegaba…

          Sin embargo, la espera se vio amenizada con unos sugerentes posters en los que los personajes, antiguos y nuevos, aparecían sin la mitad superior del rostro. Esto, unido al lento goteo de trailers por internet, fue alimentando a quienes seguían a los Wachowski hasta que la película estuvo lista.

          Al final, la secuela arribó a las salas de cine de todo el mundo a mediados de Mayo de 2003, el año de Matrix. Y no acudía sola, sino que la acompañaban el videojuego Enter de Matrix y los cortos de animación Animatrix. Todo un despliegue publicitario y de merchandising que obligó a fieles y detractores a interesarse por semejante evento.

          Antes del ansiado pase inicial, algo estaba claro para quien esto escribe: el contenido filosófico no podía ser de igual calado. ¿Por qué? Porque la idea principal en torno a la cual gira la película, el problema de lo real, ya se había desvelado. El pastel estaba descubierto, sólo restaba comérselo. ¿Impedía esto que la película tuviese calidad? No necesariamente. Los Wachowski habían demostrado gran pericia a la hora de ensartar frases más o menos profundas en sus guiones, y habían conseguido un ambiente muy especial debido a la duda que acompañaba a Neo y a los espectadores durante todo el metraje del primer film. Estas eran sus mejores bazas, más importantes que los efectos especiales, aunque muchos no lo crean.

          De todos modos, el riesgo estaba ahí. Ha habido tantas secuelas que han defraudado al público, que cierto temor ante la nueva entrega era comprensible. Y ese temor fue a más cuando, una vez que lo más destacado del reparto aterrizó en Cannes, las críticas resultaron demoledoras: infantil, vendida a los efectos especiales y plagada de frases rimbombantes pero sin contenido. Ese fue el veredicto ofrecido a los medios de comunicación cuando tan sólo faltaban unas semanas para el estreno. ¿Tendrían razón los críticos o eran unos envidiosos?, ¿exageraban o algo de cierto había? Esto sí que era una duda metódica.

          Sin duda, con Reloaded llegó el escándalo. La polémica quedó servida cuando el público se encontró con un film diferente al esperado. ¿Mejor?, ¿peor?, ¿normalito? Las opiniones eran variadas pero abundaban las críticas incluso entre los propios fans, que se desdecían de serlo. ¿Qué estaba pasando?, ¿qué producía rechazo?, ¿qué agradaba?, ¿a qué se debía el cambio de impresión?

          Si me preguntan que si me gustó Reloaded, diré que sí, pero matizaré. Mi postura no deja de ser ambigua, pues esa fue la sensación que me produjo. Con el paso del tiempo, es posible juzgarla más fríamente. En esta película he encontrado escenas que me han agradado mucho, pero otros instantes parecían chirriar. La cuestión es si ese descontento se debe a que los Wachowski se equivocaron o a que acertaron demasiado bien.

          Me explico, Reloaded contiene a los mismos personajes de Matrix: Neo, Morfeo, Trinity, el Oráculo y Smith, sin embargo, no tiene nada que ver con la primera entrega. Los Wachowski sabían que no se podía contar la historia otra vez, había que avanzar. Por ello, decidieron que todos los personajes antiguos se modificasen y apareciese, al tiempo, una gran masa de personajes nuevos: Sión. Por otra parte, había que profundizar, no ya en el aspecto filosófico, sino en el informático. ¿Qué es Matrix? La pregunta parecía resuelta, pero en Reloaded vemos que no es así, aún nos queda mucho por descubrir sobre ese tema. Finalmente, heridos como estaban ante la facilidad con que sus originales efectos (como el Bullet Time) habían sido plagiados hasta la saciedad, decidieron darle otra vuelta de tuerca y retarse para superarlos.

          Se podría decir que estas son las tres guías que nos pueden servir para analizar Reloaded:

1. Evolución de los personajes antiguos y multitud de personajes nuevos.
2. Conocimientos adicionales, de carácter informático e histórico, sobre lo que es Matrix.
3. Efectos especiales renovados.

          1. La primera sensación es que los principales personajes antiguos (Neo, Trinity y Morfeo) cambian tanto que ya casi son otros. Esto puede provocar cierto rechazo en el espectador/a encariñado con los originales, pero tiene sentido ese cambio. Si nos fijamos mejor, veremos que en el fondo son los mismos. Entonces, ¿qué ha variado? Algo muy singular y poco habitual en las películas de héroes. En Matrix, nuestro trío es visto como se autoconciben ellos mismos. Neo dudoso, Trinity segura y Morfeo sabio. Pero en Reloaded son los demás quienes les definen.

          Neo sigue dudando, tiene pesadillas, siente pánico. Pero, ¿qué es él para los demás?, el elegido. Así que, en cuanto se coloca las gafas de sol y se pone su abrigo negro, su rostro se vuelve inmutable y su porte ostentoso. Por otro lado, Trinity era una mujer segura de sí misma, y lo sigue siendo, es Neo quien se da cuenta de su vulnerabilidad y teme que algo le pase. Finalmente, Morfeo no deja de ser un sabio, pero su sabiduría se ve relativizada cuando descubrimos que, para los demás, no es más que un místico loco. Todo esto provoca desagrado, porque los espectadores estamos habituados a ver a los protagonistas en toda su magnitud, y no nos gusta descubrir que son simples humanos. De todos modos, creo que es un acierto el haberlos mostrado así, en especial porque sospecho que en Revolutions la perspectiva podrá volver a dar un giro.

          En cuanto a Smith, también ha variado, se ha multiplicado. Se nos dan indicios de que algo de su naturaleza ha pasado a Neo, y algo de Neo ha pasado a él. Esta idea, de ser cierta, me parece bastante brillante. Será interesante ver hasta qué punto Smith se está haciendo humano y Neo se está haciendo una máquina. Además, el ego de Smith ha aumentado más si cabe (está encantado de conocerse).

          Por otro lado, el Oráculo es el personaje que más fiel se mantiene al original (aunque la actriz haya tenido que ser sustituida en el juego por la muerte de la primera) lo que ocurre es que ahora descubrimos mejor qué es y por qué tiene esos poderes. Poco más se puede decir de ella, pues parece que su momento estelar está por venir.

          De entre los nuevos personajes destacan Niobe, Ghost, Seraph, El Creador de llaves, Perséfone, Merovingio y los gemelos. Sobre Niobe, el personaje lo tiene difícil para ser aceptado, es una mujer soldado muy fría y cabezota, incluso borde (algo de su nombre mitológico le ha quedado). De Ghost sabemos muy poco pero ese poco promete, parece que está enamorado y no es correspondido, ¿será de Trinity? Sobre el Creador de llaves tenemos escasos datos, aunque parece que hace la llave para Neo dos veces, una primera vez se la quitan los esbirros de Merovingio, y una segunda se la da a Neo. Está obsesionado con que todos deben cumplir su fin, su objetivo. Por otro lado, Seraph sí es un personaje atrayente, mantiene un tono misterioso y algo burlón. En último término están los personajes vinculados al restaurante Levrai. Perséfone, mito erótico donde los haya, absorve sentimientos de todo el que puede a base de besos y se percibe que en Revolutions se convertirá en una diablesa de cuidado. Merovingio es, por encima de todo, un promiscuo pero también se nos dice que antes él era como Neo, ¿un antiguo elegido? Por último, los gemelos no hacen gran cosa en esta primera secuela. Apenas hablan. Más bien se dedican a incordiar, aunque cuando se ponen traslúcidos son más interesantes.

          Ya sólo nos queda Sión. Y en ella está el debate. Mucho ha sido lo que se ha dicho acerca de las principales escenas ocurridas en la ciudad. En general están vinculadas al sexo y las creencias. Se supone que frente a la muerte y el peligro de Matrix (Tánatos), Sión representa el amor y la fe, las pasiones (Eros), de ahí sus tonos cálidos y su ambiente evangélico. Aquí es donde me pregunto si los Wachowski consiguieron demasiado bien lo que querían. Es decir, si buscaban mostrar a Morfeo como alguien ridículo a quien muchos no siguen, lo lograron. Sus arengas son irrisorias, no sé si por la música triunfal o por ese ambiente de catacumbas.

          El caso es que el denostado video musical en el que los sionitas o sionenses, se ponen a bailar como posesos mientras Neo y Trinity dan rienda suelta a sus impulsos, no parece encajar demasiado con la línea de la primera película. ¿Era eso lo que buscaban? Probablemente. ¿Podía haberse hecho lo mismo pero mejor? Probablemente. Hay quien dice que los Wachowski no saben rodar escenas eróticas y puede que sea cierto, el caso es que todo termina cuando Neo recuerda sus premoniciones y toda su potencia de elegido se va al traste.

          En definitiva, parece que nadie se imaginaba que en Sión la gente se vistiese con túnicas, que persiguiesen a Neo con sus presentes, y sobre todo, que hubiese semejantes jerarquías de poder con consejeros y todo. ¡Qué se le va a hacer! Sión es otra cosa.

          2. Por lo que respecta a los conocimientos informáticos, la verdad es que quizás se dejen caer demasiado rápido, en especial en el diálogo con el Arquitecto. De nuevo parece que los Wachowski querían mostrar a un señor prepotente y algo insufrible, y lo lograron. Sus expresiones rizan el rizo y pocas personas habrán entendido lo que cuenta a la primera.

          El Oráculo también nos explica lo que ocurre con los programas que son desechados. Por otro lado, el tema de las llaves que abren puertas es también de carácter informático, sin negar las referencias a Alicia en el País de las Maravillas o a Monsters S.A., por citar tan sólo dos ocasiones en las que las puertas descubren otros mundos.

          Los conocimientos históricos también son interesantes. En Reloaded sabemos que ha habido varias Matrix diferentes y que siempre surge un elegido en ellas. La idea es ponerlo en un aprieto para que, al llegar a la fuente, elija disolverse en Matrix temporalmente y reconstruir Sión. Pero Neo elige lo contrario, ¿qué ocurrirá ahora?

          3. Con los efectos especiales, los Wachowski pretendían dar el campanazo, y parece que no lo han conseguido como esperaban. Sin duda son magníficos, pero a veces las escenas resultan demasiado largas o retorcidas. En mi opinión deberían haber mantenido el porcentaje de la primera entrega, es decir, buen guión y buenos efectos de forma proporcional.

          Escenas que me han gustado mucho son todas aquellas en las que el código de Matrix aparece de forma tridimensional, el asalto de Trinity a la central eléctrica, ver a Neo volando (aunque haya quien no lo comprenda) y el modo en que Neo resucita a Trinity. Por lo que respecta a las famosas peleas en la autopista y con los Smiths, están muy bien, pero podrían haberlas sintetizado más.

          Hasta aquí el análisis de los principales elementos diferenciadores que encontramos en Reloaded. En resumen, esta película no deja de ser una secuela, y como tal, no puede igualarse a su antecesora. Matrix era sin duda muchísimo mejor. Tenía multitud de referencias filosóficas y culturales, un guión con frases memorables y un argumento que suscitaba la reflexión.

          En términos filosóficos, Reloaded aporta pocas novedades. (Para quienes quieran ver unos pequeños apuntes filosóficos acerca de la película, podéis pinchar en la sección La filosofía y Matrix). El guión no contiene tantos diálogos interesantes ni de la misma calidad (aunque en esta página os podéis bajar algunos de ellos para echarles un ojo), el misterio desaparece y sólo al final se apuntan datos inteligentes. Mientras en Matrix nunca se sabía qué iba a pasar, Reloaded tiene estructurada su misión desde el principio: encontrar al Creador de Llaves y salvar Sión del ataque; un esquema muy apropiado para el video-juego pero que deja a la película coja. Por sí sola, Reloaded no se sostiene, necesita beber del néctar de Matrix y apuntar qué cosas relevantes van a ocurrir en Revolutions. Dicen que quien mucho abarca poco aprieta, no sabemos si la magnitud del negocio fue la causante del nuevo rumbo de la historia. El caso es que, al final, el argumento no va del todo mal pero queda inconcluso, así que ni por esas nos conformamos.

          En mi modesta opinión, Reloaded no tenía por qué ser cien por cien filosófica, como algunos apuntan, podía ser como sus directores quisiesen. No es eso lo que me disgustó sino esa pérdida de la esencia, del ambiente que inundaba a su predecesora. Matrix era tan urbana, tan fin de mileno, tan heavy, con ese pensamiento de la sospecha inundándolo todo…, escenas como el Constructor, el renacer de Neo o el programa de instrucción con agentes, dejaban a los espectadores atónitos. Era ese viaje iniciático lo que me enganchaba, y eso ya no podía repetirse. Esa búsqueda había quedado atrás, Reloaded ya no iba a ser lo mismo, tenía que tender a mostrar el enfrentamiento final de humanos y máquinas, y eso es más acción que otra cosa.

          En definitiva, es una película entretenida y, habiéndote gustado la primera, se tiende a ser permisiva, pero no atrapa al mismo nivel, ni de lejos. La última palabra vendrá con Revolutions. Ahora los Wachowski se lo juegan todo a una carta. Pueden recuperar el prestigio de Matrix o seguir en la línea de Reloaded. La respuesta…, en unos meses.

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