filoghost Nuevo
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28/Ene/2005 |
El problema de la
realidad en Matrix
El problema de la realidad en Matrix.
Matrix es una película-trampa, hecha para engañar:
Aparentemente, lo
que la 1ª película plantea es sencillo: Se trata de retomar en clave
sci-fi el planteamiento inicial cartesiano acerca de la realidad (ya
frecuente en el barroco, como nos recuerda en nuestro país Calderón,
pocos años posterior): lo que creemos real podría no ser sino un
sueño. Ya Leibniz había completado ese planteamiento, en su
Monadología, sugiriendo que el sueño podía ser compartido con los
demás seres, si había un "Coordinador" (o Arquitecto) universal que
velase por la mutua coherencia de los sueños paralelos de las
infinitas mónadas. Como el desarrollo de cada una estaba prefijado
por una lógica que la mente infinita de ese divino Coordinador podía
descifrar, no había problema para él en mantener esa coherencia. No
era necesaria lo que hoy llamaríamos la 'interactividad' entre
mónadas, dado que ésta no tenían ventanas ni eran impredecibles para
ese calulador infinito. No había libertad como imprevisibilidad,
todo era previsible y estaba predeterminado. Esa idea ha sido
repetidamente utilizado en obras diversas de Sci-fi y en películas
como "Desafío Total" y otras. Y en otras claves por "El Show
de Truman", etc. La formulación clásica, en nuestro siglo, es la de
Putnam del "cerebro en la cubeta". Pese a su sencillez, ese
planteamiento causa la impresión de ser profundo (por eso gusta).
En algunas de estas obras recientes se combina ese 'problema de
la realidad' con el problema, obviamente relacionado, del
encubrimiento ideológico de la realidad por parte de los
poderosos para ocultar la explotación, el dominio y la esclavitud a
la que nos tienen sometidos. La denuncia de ese encubrimiento
adquiere así tintes políticos revolucionarios y
emancipatorios, que exigirían una lucha entre los hombres, poderosos
y esclavos, para ser resuelta. Esta exigencia de enfrentamiento
entre los hombres, y la atribución a algunos de éstos de la
responsabilidad del engaño, o de su estabilización al ser sus
beneficiarios, está en principio ausente de la 'aséptica' denuncia
moderna de la necesidad de liberarnos del engaño metafísico para
liberar nuestras capacidades de transformación y dominio de la
naturaleza. Pero en ambos casos está claro que el engaño, metafísico
o ideológico, está relacionado con el problema del poder y el
dominio: de la naturaleza, en el caso moderno, y de unos hombres
sobre otros (además de sobre la naturaleza también) en el
decimonónico, marxista, nietzscheano, etc. Podemos entender que el
psicoanálisis rescataría, en otro ámbito, el enfoque moderno,
'naturalizando' la existencia del inconsciente; aunque el
freudo-marxismo intentó combinar ambos enfoques.
La lectura
'moderna' de Platón nos lleva a suponer que, en su 'Mito
de la caverna', está planteando, muchos siglos antes, ese mismo
problema. Pero su texto no se deja, sin forzar muchísimo la lectura,
reducir a ese esquema. El esquema moderno es binario:
apariencia-realidad, y engaño metafísico, o encubrimiento
ideológico, entre ambas. Y ambas tienen carácter 'físico' o
material. El esquema de Platón, como el 'símil de la línea' que
le antecede, y la propia estructura del texto, dejan claro, es
cuádruple, o doblemente binario. Hay, dentro del discurso
acerca de lo físico, una separación entre apariencia y 'realidad',
que para él tiene un carácter muy peculiar : corresponde a la
diferencia entre sensibilidad o imaginación, que nos muestran las
apariencias (incluyendo las 'cualidades secundarias' de los
modernos), y conjetura física (Pistis: creencia), que nos permite
hablar de la supuesta realidad física subyacente, causa física de
nuestras sensaciones a través de alguna maquinaria física y
fisiológica. A ésta accedemos mediante el pensamiento, pero no
adquiere, para Platón el carácter de verdad, por la naturaleza
conjetural de las hipótesis que maneja, y por el carácter cambiante
e inexacto o imperfecto de la realidad sensible que supuestamente
explica, lo que no le permite sobrepasar el estadio de la
verosimilitud u opinión probable. En este nivel cabría
situar, creo yo, la hipótesis atomista (o la de Anaxágoras) acerca
de la naturaleza, y toda la física presocrática en cierto sentido. A
esta primera separación correspondería también la separación
moderna. Ya los atomistas presentaban la explicación de la falsa
percepción de la realidad por la naturaleza de nuestros sentidos, y
proponían el pensamiento como vía para alcanzar la liberación de ese
engaño. Y distinguían entre las propiedades que realmente tenían los
átomos, posición, etc. y las que nuestros sentidos nos mostraban en
los cuerpos, que corresponderían a las 'cualidades primarias y
secundarias' modernas. El nivel correspondiente, en el mito de
la Caverna, sería el paso del prisionero atado en la caverna
(inconsciente de su estado, que no problematiza la realidad que se
le muestra) a la liberación de sus ataduras sensibles, que le
permitiría moverse libremente en la caverna y entender cómo funciona
todo allí dentro y poder explicar así su estado anterior, el porqué
de la ilusión, etc. Y construir nuevas representaciones del verdader
mundo natural. Platón no desarrolla el análisis de ese estadio, pero
fácilmente podemos imaginar la tarea 'revolucionaria' de liberar a
sus compañeros atados que la ilustración presocrática se fijó
como objetivo. La liberación que
aparentemente se plantea en ''Matrix'' es sólo ésta, y no la
verdadera, y el que los 'liberados' se encuentren de hecho en un
mundo subterráneo, es una obvia cita que debiera haber puesto sobre
aviso a quienes creían que ése era todo el 'problema de la realidad'
que la película se proponía plantear. Al menos a los conocedores de
Platón. Pero, sorprendentemente (aunque probablemente la sorpresa no
ha sido tal para los autores), no ha sido así. Porque desde
luego para Platón la verdadera liberación, la que importa, es
la salida de la caverna, del mundo subterráneo, al exterior, a lo
que él llama el mundo verdadero, de las esencias o ideas eternas, y
de la idea de ideas, el Bien, sol del mundo
verdadero. Y aunque Platón admitía que ya es el pensamiento el que
nos lleva a la Física conjetural, es ahora cuando insiste en que el
mundo verdadero es sólo inteligible, no sensible, y debemos aprender
a verlo con los ojos del espíritu, sin apoyo sensible. El que
Neo, el protagonista de Matrix haya de quedar ciego en la tercera
parte de la trilogía para reconocer a su enemigo, y para acceder más
tarde al encuentro con el 'Deus ex Machina', en un mundo que se le
muestra (a él, ciego, no a nuestros ojos, tras la cámara) como hecho
de luz dorada, debiera hacer a quienes utilizan a Platón para
interpretarla, ubicar con más cuidado los respectivos niveles.
Creo que la clave de colores que Trinity recoge en su último
mensaje, sobre los comentarios de los filósofos, apuntaen ese
sentido, así como los propios comentarios de Wilber y el otro.
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TrinityC Nuevo
usuario
Mensajes: 92 Desde:
24/Sep/2003 |
RE: El problema de
la realidad en Matrix
Hola filoghost, he estado algo
desconectada de filomatrix por asuntos laborales, pero te respondo a
tu mensaje. Está muy trabajado y eso es de agradecer.
Es
cierto que tanto el símil de la línea como el símil de la caverna se
refieren a 4 grados de conocimiento. (Porque el símil del sol
explica la Idea de Bien, y ese es otro tema).
Al ver Matrix
1 suponemos que los cuatro grados se producen en la primera
película.
Imaginación: Neo antes de sospechar nada.
Creencias: Neo cuando busca a Morfeo en internet.
Pensamiento discursivo: Neo cuando es desconectado y sale de la
cosecha. Intelección: Neo cuando es instruido por Morfeo y
acepta que Matrix es una mentira.
Esta análisis me parece
correcto si nos atenemos a Matrix 1, y así puede ser explicado.
Otra versión es la que adquirimos tras ver Matrix 2 y Matrix
3:
Imaginación: Neo antes de sospechar nada. Creencias:
Neo cuando piensa que controla Matrix pero el Oráculo le engaña y
Merovingio lo sabe. Pensamiento discursivo: Neo en la escena del
Arquitecto, dándose cuenta del "pastel". Intelección: Neo cuando
"ve la luz" espiritual en la ciudad de las máquinas. ¿Será esa la
ascensión al Bien?
Y esto por lo que respecta a Platón,
porque el discurso de Merovingio reinvindicando el "por qué" y las
"causas" es totalmente aristotélico.
Un saludo.
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